De entre las especies animales de producción, el conejo destaca por su elevado número tanto de células olfativas como de papilas gustativas. Este rasgo biológico ofrece la posibilidad de obtener ventajas en el uso de aromas en el pienso tanto de las madres como de los gazapos en crecimiento.
Los estudios realizados hasta el momento ponen de manifiesto la preferencia de los conejos por aromas dulces, como el del anís o la vainilla, y por aromas herbáceos, como el del tomillo. Es conocido el consumo de hileras enteras de cultivos de anís por parte de conejos silvestres…