El estrés por calor es una situación que se presenta cuando las temperaturas ambientales exceden la capacidad de los animales para disipar el calor, lo cual afecta significativamente su bienestar y productividad. Uno de los efectos más notables del estrés por calor es la disminución en el consumo de alimento, ya que los animales reducen su ingesta para minimizar la producción interna de calor metabólico derivado de la digestión. Al mismo tiempo, aumenta el consumo de agua, ya que los animales intentan regular su temperatura corporal a través de la evaporación y la sudoración. Esta combinación de menor ingesta de alimento y mayor consumo de agua puede conducir a una reducción en el crecimiento y la eficiencia alimentaria, afectando negativamente la producción general.
Para mitigar los efectos del estrés por calor y las caídas en el consumo de alimento, es esencial implementar varias estrategias. La recomendación directamente relacionada con el alimento para fomentar la ingesta es la adición de edulcorantes, aromas y palatantes al pienso. Estos aditivos pueden mejorar la palatabilidad del alimento, haciéndolo más atractivo e incentivando a los animales a consumir más a pesar de las condiciones de calor. Ello ayudará a mantener el consumo de nutrientes. En situaciones de estrés por calor, estas intervenciones pueden ser particularmente valiosas para apoyar la salud y la productividad de los animales.