La adición de medicamentos u otros ingredientes con olores o sabores poco apetecibles a los piensos puede tener un impacto negativo significativo en el consumo de alimento por parte de los animales. Ingredientes como antibióticos, ciertos minerales (como el sulfato de zinc o el sulfato de cobre), vitaminas específicas y algunos aditivos para la salud intestinal pueden tener olores y sabores que resultan desagradables para los animales, lo cual reducirá su deseo de consumir el alimento.

Estos ingredientes se añaden frecuentemente en situaciones donde es necesario tratar o prevenir enfermedades, corregir deficiencias nutricionales o mejorar la salud general del ganado. Sin embargo, al repercutir en el consumo, pueden afectar negativamente el bienestar y el rendimiento de los animales.

Para mitigar estos efectos, se recomienda utilizar enmascaradores de sabor o aromas atractivos que contrarresten los olores y sabores indeseables. La formulación del pienso deberá equilibrarse cuidadosamente para mantener la palatabilidad mientras se asegura que los animales reciban los beneficios necesarios de los medicamentos o suplementos.